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El uso de refrigerantes alternativos con bajo potencial de calentamiento global (GWP) no es solo un tema de investigación y desarrollo, sino una realidad en la industria HVACR. A medida que se crean nuevos refrigerantes más sostenibles, estos continúan siendo introducidos al mercado e implementados en equipos comerciales e industriales.
Diferentes regulaciones, como la legislación F-gas de la Unión Europea y acuerdos internacionales como el Protocolo de Montreal, han impulsado la eliminación gradual de refrigerantes con alto impacto ambiental, según Charles Allgood, Ph.D., líder en tecnología de refrigerantes en The Chemours Company. En el sector de refrigeración comercial y supermercados, Europa ha avanzado en la eliminación del R-22, que afecta la capa de ozono, y del R-404A, con alto GWP, para dar paso a refrigerantes como el R-449A, una mezcla de HFO con menor impacto ambiental.
Según Barbara Minor, miembro de ASHRAE, algunos refrigerantes de bajo GWP, como el R-513A, alternativa al R-134A, llevan más de tres años en el mercado. Sin embargo, la transición a estos nuevos fluidos presenta desafíos significativos, señala Brian S. Smith, miembro de ASHRAE y director de marketing global en Johnson Controls. En algunos casos, la conversión a estos refrigerantes puede generar pérdida de rendimiento en equipos existentes e implicaciones de inflamabilidad.
A pesar de estos desafíos, los fabricantes pueden optimizar sus equipos para minimizar o eliminar estos inconvenientes, garantizando una transición eficiente y segura hacia refrigerantes con menor impacto ambiental. La clave está en la correcta instalación y ajuste de los sistemas para garantizar rendimiento, seguridad y sostenibilidad en esta nueva era de la refrigeración.
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